domingo, 13 de septiembre de 2009

¿Realmente...Poder?


("Todo por la Victoria", lema de uno de los tantos carteles propagandísticos durante la II Guerra Mundial en la Unión Soviética. Idea maestra de Stalin para evocar el patriotismo ruso de su poderío, y vencer a las baterías y tropas invasoras del III Reich Alemán.)


Una mujer de 14 a 45 años era utilizada en el suelo soviético como colaboradora dentro de las fábricas de Morteros y demás explosivos aéreos durante la II Guerra Mundial. Además de servir dentro de estas industrias, también prestaban sus servicios en diferentes regiones militares como enfermeras, cocineras, "babysitters"... y hasta en algunos casos, como Francotiradoras... Tania Chernova fue el ejemplo a seguir.



Los hombres por el contrario, tenían la obligación de pertenecer a las divisiones rusas de infantería y servir en los frentes de combate en contra del ejército hitleriano. Se comenta que adolescentes de 12 y 16 años de edad eran sacados a golpes de las escuelas y transportes, para ser integrados a las filas del ejército rojo. La guerra no es un juego, todos deben de servir.



Dentro de este pequeño panorama, quizás insiginificante para nuestros tiempos, fue el andar que tomó una rivalidad por el Poder entre dos personas que se conocían bien, pero que sus pueblos tuvieron que pagar por desconocidos. Adolf Hitler en su "madness" de dominar toda la Europa a su alcance, y Jossif Stalin en su afán de perdurar en el trono rojo por el tiempo que le fuese necesario. Ambos, abusando de sus facultades conferidas por sus pueblos, tomaron ventaja del honor de cada ciudadano dentro de sus fronteras. Los métodos que ejercieron para dominarse el uno del otro, fueron métodos que en la historia no son nada novedosos, pero que entre este derroche de fuego y sangre, esconden algo más que agresividad y destrucción, esconden el puro y atrofiado MIEDO.


¿Miedo? ¿Miedo a qué? ¡Miedo a dejar de existir!... El Ser Humano por naturaleza, como lo explica el reconocido tratadista estratégico Robert Green, "en situaciones de completo caos y en contravenencia a su integridad, toma una respuesta decidida y permanente en afrontar cualquier obstáculo sin tener que mediar en un razonamiento. Su actitud se prolonga aún mas, cuando encuentra facultades que le harán preponderante ante cualquiera, de ahí que el poder sea una solución"... El Poder fungirá como una herramienta para abatir el miedo, para superarlo cada vez que sintamos una alerta en contra de nuestro existir.


Con lo anterior quiero explicar que, el ambicionar el Poder, no es resultado de buscar una mayor comodidad sobre nuestras facultades entre quienes nos rodean, no es querer dominar absolutamente lo que está sobre nuestro alcance, realmente no... no es ese resultado... Lo que verdaderamente nos impulsa es ese miedo interior, regocijado, latente, imperceptible y duradero a querer llevar propósitos de auto-acreditación de nuestra persona... Ya sea desde un plano certeramente político, social o natural... Nos hace pensar en que si no obtenemos más, pronto pereceremos y dejaremos de ser lo que somos en este instante.



Podríamos tomar ejemplos acontecidos dentro de los parámetros históricos, sin embargo por esta ocasión especial del 40 aniversario del Hombre en la Luna, empezaremos sobre tal temática. En la actualidad es fácil asombrarnos de los avances en ingeniería espacial que países como Estados Unidos, Rusia y Japón han llevado a cabo. El hecho de pisar suelos nunca antes creídos, de observar nuestro Planeta desde lo obscuro del Universo, así como de poder contemplar de cerca una serie de eventos cósmicos jamás vistos anteriormente, nos lleva tentativamente a la idea que nuestra ambición no tiene fin. Deseamos la posibilidad de encontrar nuevos destinos galácticos y colonizarlos con nuestra existencia. Deseamos dejar nuestros territorios antiguos e ir en la conquista del espacio.



Sin embargo, como hemos explicado en líneas anteriores, realmente "La ambición de Poder" no es lo que nos mueve, es algo más inherente a nosotros: es el miedo a desaparecer. Tenemos contado nuestros tiempos. Entendemos que la vida tal y como la conocemos en la corteza terrestre empieza a derrumbarse poco a poco. Los estragos que generamos y que nuestro planeta resiente tendrán un resultado fatal en contra de nuestra y otras especies. Poco podemos hacer para cambiar nuestro destino y el de nuestro hogar, nuestra madre Tierra. Sin embargo, aún con todo ello en contra, es el Ser Humano quien no permite la aceleración de este proceso y busca existir, existir, existir...



Tomando otro punto de referencia que he de considerar interesante, son las hazañas del Imperio Romano; así como lo oyen, ellos también buscaron aprovecharse del enorme Poder que ostentaban para ¡¡existir!!... Desde el inicio de la época del Imperio, cada Gobernante trató de usar sus atributos imperiales para dar a Roma el resalte sobre cualquier otro pueblo vecino. Conquistó cada terreno que se propuso, impuso sus leyes y costumbres, y abarcó conocimientos nunca antes dominados por otras civilizaciones, todo ello mediante un fin... Perdurar en el tiempo con el reconocimiento de las generaciones venideras. Sabían perfectamente que aquello material obtenido terminaría por oxidarse o empolvarse... Pero que las memorias de las campañas en Cártago, las conquistas en Britania, el esplendor de sus juristas y filósofos, y la grandeza de sus Instituciones y Leyes perdurarían por los siglos de los siglos.


Napoleón Bonaparte, por otro lado, en el paso de su tiempo, trató de dejar impregnada su imagen no en toda Francia, sino en el resto de Europa. Tanto sus maneras de gobierno, como sus incursiones afianzadas en la cultura, legislación y milicia fueron eco para la modernización del siglo XVIII y el progreso de las sociedades. En las formas bélicas, en especial, puntualizó para sus oponentes toda una nueva generación de estratagemas de combate. Jamás se había observado tanta flexibilidad y originalidad en el maniobrar de los ejércitos desde Federico I "El Grande" en Prusia. Su más grande hazaña que le ha llevado a la inmortalidad fue en "Waterloo". Enfrentando a un ejército casi tres veces mayor al suyo, una coalición de potencias internacionales y con una clara desventaja en experiencia militar de sus soldados, logró contener la batalla mas encarnizada de su vida y hacer temblar a toda Europa.



Finalmente, luego de haber tratado algunos puntos del Miedo, oculto por la ambición del Poder, podemos comprender que tratamos de una reacción natural del Ser Humano. Por más que nuestras probabilidades sean negativas, haremos lo necesario para no dejar de ser, de ser lo que somos en este preciado momento, para no dejarnos caer. Sabemos que vivir eternamente no está a nuestro alcance, pero que nuestra memoria siga vigente año tras año, tiempo por tiempo, es algo que se puede conseguir a través del amor y valoración de nuestros semejantes. Quizás es esto el miedo mas profundo de toda Mujer y Hombre, el llegar a ser olvidados y empapados por recuerdos sin sentidos... El llegar a ser parte de lo obsoleto... De ahí que nuestro miedo a desaparecer de la faz de la tierra, del corazón de los nuestros sea latente y nos obligue a actuar... Queremos que siempre se tomen la molestia de acordarse de nosotros...


Para concluir este pequeño trabajo, os otorgo esta pequeña extracción del diálogo de un filme interesante que cuando adolescente solía ver e inspirarme...

.... Madre, quieren que vaya a una guerra a la cual dicen que la gloria acompañará al triunfador, Pero no sé si sea esto lo correcto, ¿Qué puedo hacer?

.... Hijo mío, desde que te vi nacer supe que no eras para mí. Ví la fuerza de tus ojos y supe que tu destino estaba lleno de grandes peligros, los cuales tú honorablemente desafiarías y vencerías sin titubear

.... ¿Debería ir?

... Si rechazas esta oportunidad y te quedas, tendrás una hermosa esposa, quien te dará bellos y ejemplares hijos, con ellos vivirás una vida tranquila y austera. Tus vástagos se casarán y tu envejecerás, verás con alegría la llegada de tus descendientes y morirás en paz. Tu nombre será recordado por ellos, quienes siempre te tendrán en sus corazones. Sin embargo te olvidarán poco a poco y tus memorias quedarán perdidas para siempre con el paso del tiempo.... Pero si vas, combatirás en la guerra más inspiradora de todos los tiempos, destacarás entre los soldados y morirás de manera honorable. Tu nombre quedará grabado de generación en generación, y te recordarán como el Héroe Griego que venció a Troya.

(Parte del diálogo del filme "Troya", de Wolfgang Petersen)